Nunca más, recordando a Poe
Estaba sentada en una roca vestida de negro, de la oscuridad que vencí, cuando un cuervo se sentó en mi regazo. Pensé que algo habría terminado, que algo nunca más sería y decidí que fuera la tristeza por tu amor.
Gracias a ella
Gracias a ella Estuvo bajo el agua un buen rato. Se congeló. La saqué a la orilla, no se movía. Despertó tosiendo y respirando por la boca. No entendió dónde estaba, ni a dónde ir, ni cómo se había salvado. Su corazón late y el mío vive gracias a ella.
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